NIH y Jackson (Boston Terrier)
Momentos como el de esta foto hacen que el sacrificio que toda la familia ha hecho por adquirir y cuidar de un perrito valga la pena.
Nuestro NIño Hermoso con TEA (Trastorno del Espectro Autista) unos meses atrás se encontraba muy deprimido. Quería tener su propio perro de mascota.
Su querida iguana Lizac y su langostita Stiuk ya no satisfacían su deseo de tener una mascota más interactiva, como un perro.
Finalmente, toda la familia nos pusimos de acuerdo, estudiamos el asunto y adquirimos un Boston Terrier bebé. NIH escogió su nombre después de haber leído junto a mí una lista ¡con más de 100 alternativas! Así que se llama Jackson.
La noticia de que tendríamos un perro hizo que desapareciera su llanto; NIH dibujó lo que harían juntos, y no cesó de hablar de cómo jugaría con él.
Cuando llegó, saltó de la alegría y lo cogió, al menos por tres segundos esa primera vez. Según Jackson va creciendo y aprendiendo, también NIH está aprendiendo a jugar con él. Ambos se aceptan, se quieren y se emocionan cuando se ven.
Por su sensitividad, es muy difícil para NIH tocar a Jackson. A menudo grita: “It moved! It’s alive!”. Y nos morimos de la risa, pero entendemos lo que le pasa.

Ya pasó de tocarlo con un dedo, a abrazarlo. Es un éxito. Él se siente muy valiente por ello. El perrito es súper bueno para su autoestima, además de todos los otros beneficios.
Gracias a Dios por el perrito, y también a la familia que tanto coopera para que ambos sean felices.