Creer en Dios no es excusa para actuar irresponsablemente.
Es triste que en tiempos de crisis como este, en que un virus novel y mortal ataca a tantos millares de personas alrededor del Globo, encontremos:
- personas que compran y compran sin sentido, dejando a otros en igual o peor condición sin suministros importantes, tales como: papel higiénico, desinfectantes, alimentos, y demás.
- otros, que compran artículos de primera necesidad para venderlos a usura.
- supuestos evangélicos que piden “semillas de fe” en tiempos de estrechez económica y aumento de desempleo.
- congregaciones cristianas que, tristemente, se reúnen en masa a pesar de las órdenes de aislamiento social.
¿Tienes fe? Pues tenla para contigo delante de Dios, no sea que tu fe sirva de tropiezo a otros, poniendo sobre ti ignominia en lugar bendición (cf. ejemplo en Romanos 14:21-22).
Nuestro templo permanecerá cerrado durante la cuarentena. Tan pronto podamos, nos reuniremos siguiendo un protocolo de seguridad e higiene. Pero si se tardara ese momento dos semanas más o un año entero (aunque esperamos que no, por supuesto), tenemos FE en que Dios nos cuidará como a su “manada pequeña” todo el tiempo que dure esta crisis. FE es lo que se tiene que usar cuando tenemos que hacer lo correcto aunque sea difícil.