“Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios.”
Salmos 103:2 (RVR 1960)
A mis hermanos y hermanas en la fe:
Conviene sacar tiempo diariamente para bendecir y alabar a nuestro Dios. Estos días son difíciles para la mayoría, y el nivel de afán y ansiedad ha acrecentado. Pero si recordamos los beneficios de bendecir al Señor, encontraremos solaz en medio de esta pandemia y tormenta espiritual.
Bendecimos a Dios cuando le alabamos y exaltamos, cuando reconocemos su grandeza y su posición de Soberano. Cuando admiramos su belleza infinita y lo verbalizamos.
Le bendecimos cuando le reconocemos Justo, aun en los momentos en que no entendemos sus designios. Cuando recordamos que somos sus criaturas, y Él nuestro Hacedor; cuando aceptamos que sus pensamientos y los nuestros no coinciden; porque él es Dios Omnisciente y nosotros humanos. Y con esto en mente, le cantamos y pronunciamos su nombre con temor reverente, y le coronamos con humildes palabras llenas de amor y admiración.
Le bendecimos cuando estamos bajo el ataque espiritual o físico de los que nos aborrecen, y aun así nos refugiamos bajo su manto y le susurramos alabanza y agradecimeinto.
Le bendecimos cuando solamente vemos oscuridad y cuando solamente sentimos dolor, y con todo y eso nos recreamos en su presencia.
Sigamos el ejemplo del rey David, quien periódicamente hacía una lista personal, muy personal, de las razones o beneficios de alabarle.
Recordemos, pues, las veces en que le hemos bendecido en medio de los ataques y la oposición espiritual, porque Él ha peleado por nosotros y hemos vencido.
Recordemos que alabarle en medio de la tormenta trae paz y esperanza al alma.
Bendecirle en medio de la tribulación y la enfermedad nos da fuerza y consuelo. Su palabra es medicina para nuestros huesos y óleo de alegría para el espíritu.
Recordemos la libertad que recibimos cuando alabamos su nombre. Y la fuerza que recibimos cuando exaltamos su grandeza.
Como David, no olvide los beneficios que ha recibido de Dios, y alabe y bendiga su nombre. Porque Él es bueno, y para siempre es su misericordia.
Gracias por visitar este blog. Nos veremos pronto, si el Señor lo permite.