“Entonces dijo así el SEÑOR: Si vuelves, yo te restauraré, en mi presencia estarás; si apartas lo precioso de lo vil, serás mi portavoz. Que se vuelvan ellos a ti, pero tú no te vuelvas a ellos.”
Jeremías 15:19 (LBLA)
Esta palabra de Dios a Jeremías hace gran resonacia en mi corazón. Como él, a veces nos encontramos abrumados por el pecado y la injusticia. Y sin quererlo, reaccionamos con ansiedad, ira o desesperanza.
Conociendo Dios que nuestras acciones son el resultado de nuestros pensamientos, nos exhorta, como lo hizo al profeta, a entresacar lo precioso de lo vil. A distinguir entre los pensamientos que son verdaderos y los que son producto de nuestra ignorancia o argumentos de nuestro enemigo espiritual (cf. 2 Co. 10:5). De esta forma, nuestras acciones, actitudes y palabras van a honrar a Dios, quien nos llamó a ser luz entre las tinieblas.
¡Dios estima preciosa nuestra fe y nuestra confianza en Él! Permita el Señor que cuando Su mirada pase sobre nuestras respectivas ciudades, nos distinga como flores primaverales en medio del desierto; como adornos de justicia en medio de un mundo que le ha dado la espalda. Y pueda entonces usarnos como megáfonos humanos, como portavoces del deseo de Su corazón.
No nos cansemos de hacer lo correcto. Conviértanse ellos a ti, y tú no a ellos.
Dios les bendiga.