
Sé que nuestro NIño Hermoso (NIH) no es el único chico con autismo (TEA) a quien no le gustan las bombas. Les molestan los sonidos que producen cuando chocan entre sí, cuando explotan o cuando se vacían poco a poco; también, su olor y la textura. Para NIH son como una pesadilla.
Sin embargo, este pasado domingo, después de la actividad por el Día de los Padres, mi papá le regaló a NIH la decoración en bombas que mi prima había preparado. Muy feliz, NIH pidió que se las llevara a Oso Ted — su peluche más grande — para que las explotara.
Encuentro fascinante cómo NIH ha canalizado sus temores y ansiedades a través de este oso de peluche. Yo le llamo su oso de apoyo emocional.
¿El resultado? Por primera vez, NIH explotó un sinnúmero de bombas, se les sentó encima y todo. No me importa que se tapara los oídos, ¡porque fue muy valiente! Me siento muy orgullosa de él.
Le doy muchas gracias a Dios por NIH, por las bombas, y por ese oso que por ocho años ha aguantado todas sus travesuras.
¡Hasta la próxima!