
Categoría: Reflexiones Cristianas
Un escudo nos protege del peligro. Y el favor de Dios es como escudo. Así que, el peligro, los ataques, la maldad, y demás, sí van a venir. Pero gracias a ese favor de Dios, a su gracia, su misericordia y su gran bondad, podremos resistir y nos mantendremos en pie. Conservarenos siempre la paz inefable que da el Señor.
La victoria del justo está asegurada (cf. Rom. 8:37). En vez de escoger rendirnos, escojamos mejor confiar en que el favor de Dios nos ayuda y protege.
Pasemos de la hermosa teoría, a la práctica. Demos un paso de fe.
¡Gracias por su visita! Hasta la próxima semana, con el favor de Dios.